Tanto seca como en té, la lavanda culinaria es sumamente relajante y tranquilizante al mismo tiempo que puede ayudarte a levantar los ánimos.
Ayuda a bajar la fiebre y calma los malestares estomacales y respiratorios.
También resulta útil como tratamiento natural del insomnio dado que ayuda naturalmente a conciliar el sueño.
Te explicamos cómo prepararla.
Infusión de lavanda: cómo prepararla
Ingredientes principales
- 1 a 2 cucharaditas de lavanda deshidratada (Culinaria)
- 1 taza de agua
Pasos para elaborar la infusión de lavanda
1) Hierve en un olla una taza de agua.
2) Cuando empiece a entrar en ebullición añade la lavanda, dejándola en el fuego durante 3 minutos.
3) Apaga y deja en reposo otros 3 minutos.
4) Finalmente cuela y endulza con azúcar o miel.
¿Para qué sirve la lavanda?
Conoce a continuación todas las propiedades de la lavanda y qué tipo de afecciones se suelen tratar con su infusión:
Sedante. Posee propiedades sedantes, las cuales se encuentran principalmente en sus flores, y en menor medida en las hojas. Debido a esto, el consumo de las infusiones descritas anteriormente, son muy útiles para tratar casos de nerviosismo o ansiedad, además de atenuar los efectos que estas situaciones pueden generar, como por ejemplo dificultades al dormir.
Digestiva. La infusión de lavanda es muy efectiva para problemas estomacales como gases y cólicos.
La dosis de estas infusiones fluctúa entre las 2 y 4 tazas diarias. Si se consumen para tratar los problemas para dormir es importante ingerirla durante las noches.